La adolescencia es una etapa confusa e importante en el desarrollo de una persona ya que ocurren muchos cambios y transforma la manera que se relacionan con el mundo. La adolescencia se divide en tres etapas: la temprana (10-13 años), media (14-17 años) y la tardía (18-21 años).
Esta etapa de vulnerabilidad donde los jóvenes pueden enfrentarse a diversos factores de riesgo como el alcoholismo, la drogadicción, los trastornos alimenticios, la depresión y el suicidio. Dado que los adolescentes están constantemente experimentando, se enfrentan a riesgos que pueden afectar su salud física o mental, tanto en el presente como en el futuro. La mayoría de los problemas de la salud en la adolescencia están relacionados con factores psicosociales que se derivan de sus estilos de vida y comportamientos, lo cual son influenciados por la familia y la escuela.
Durante la infancia se crea un vínculo con las personas de referencia, lo que moldea la personalidad y proporciona habilidades para el futuro. Al llegar a la adolescencia, el entorno juega un papel muy importante, se busca independencia del ambiente familiar y se prioriza la opinión y aceptación de los amigos. Todas estas relaciones influyen en la autoimagen, actualmente nos encontramos ante la generación de medios digitales, lo que afecta a su acceso a información, relaciones sociales y entretenimiento.
Algunos de estos factores son: la familia, el entorno social (amigos y nivel socioeconómico), la tecnología, las redes sociales y las personas de influencia (bloggers, influencers de redes sociales y celebridades).
Hoy en día, la sobreexposición a las redes sociales y la presión social toman un rol importante en la salud mental de los adolescentes. En un mundo donde los jóvenes viven conectados digitalmente, se enfrentan a un bombardeo constante de información, imágenes y expectativas que pueden tener un gran impacto en su bienestar psicológico. Esto se traduce en efectos que van desde trastornos de la conducta alimentaria hasta problemas de salud mental, como ansiedad, depresión, baja autoestima y, en situaciones más extremas, el suicidio.
La autonomía se define como la capacidad que tiene una persona para actuar de manera autónoma, es decir, sin influencias externas que limiten su libertad de elegir o su capacidad de autodeterminación, es por eso que la iniciativa tiene como propósito principal fortalecer el empoderamiento de los adolescentes, proporcionándoles las herramientas necesarias para desarrollarla. Se busca aumentar en los adolescentes la confianza en sus propias habilidades. Esto se hizo por medio de un espacio de reflexión que les permita explorar y desarrollar todo su potencial.